Damas y caballeros, estamos a punto de vivir las primeras vacaciones siendo tres personas (más bien dos y media). Serán nueve días de playa, descanso y relax (o no). Creo que el desconectar tanto del trabajo como de la familia y de las rifas por ver quien cuida a Guillermo nos vendrán muy bien a los tres.
Es curioso como recuedo a mis padres relativamente serios diciéndome que no me metiera en las zonas que no cubrían, recordándome que ya había comido muchos helados o que dejara de correr entre las meses de los restaurantes y ahora los veo mearse de la risa viendo como su nieto hace todo eso. Va a ser verdad eso de que los abuelos son la evolución de los padres en forma de caprichos y malcrianza, ¿qué le vamos a hacer?
Lo que no haré en estos 9 días es conectarme, ni escribir. Procuraré dejar algunas cosillas con el piloto automático puesto y solamente buscaré el sol, el mar y ver como el pequeño rubiales crece y lo explora todo (engrasado en protección del 90% por supuesto)
Me llevo "Guerra mundial Z" de Max Brooks, que es una paranoia divertidísima y sangrienta sobre la plaga de zombis que asoló el mundo sin que nosotros (humildes mortales) lo supiéramos. Muy recomendable para todos esos frikis que nos gusta entretenernos con cosas altamente extrañas.
No, no me llevo ninguno de Stieg Larsson. Aún no me apetece, los best sellers tan rutilantes me llaman poco la atención. No he leído ningún Harry Potter y "El código Davinci" lo leí después de años de superventas.
También me llevo mi pequeño amigo, el "disco duro multimedia" lleno de series y de películas (ssshhhhhhh).
Y con esto y un bizcocho, nos despedimos con olor a mar Mediterraneo.