Esta semana en "El Comercio" aparece esta noticia que me revuelve las entrañas:
Toda la vida en el Materno Infantil. Esa es la situación en la que se encuentran 34 de los 53 menores de entre 0 y casi 4 años (cuando el límite legal son los 3) que viven en el centro ovetense. Según pudo saber EL COMERCIO, se dan casos tan llamativos como el «de una niña que ahora cumplirá cuatro años y que llegó de recién nacida», como otro «que cumplirá 3, en la misma situación», además de otros 15 «que han cumplido dos años en el centro, al que llegaron al día de nacer». A estos 17 casos se suman otros tantos de bebés, de entre siete y 19 meses, que «tampoco han salido de aquí».
Así lo aseguran fuentes del comité de empresa de la Consejería de Bienestar Social, que han querido recordar que, aunque el centro Materno Infantil ha saltado a la fama por los problemas de masificación y agresiones de su Unidad de Primera Acogida, la de menores no acompañados, también dispone de la Unidad de Bebés que, aseguran los trabajadores, «tiene los mismos problemas de hacinamiento que la de adolescentes». Una situación que, aseveran, «se ha intensificado desde septiembre. Es cuando más bebés han llegado, sin que haya ninguna planificación de que alguno salga».
Y es que, en este momento sus 45 plazas «no urgentes, ya que hay cinco más, pero, en teoría, sólo deberían usarse en caso de emergencia», están ocupadas por los citados 53 menores, «lo que ha obligado a meter hasta seis cunas en las habitaciones de bebés, preparadas sólo para cuatro», Con esta ocupación, si hoy se produjera un caso de urgencia, como ocurrió el octubre pasado, con cuatro bebés ingresados en 24 horas, «habría que saturar aún más el centro, juntado camas o apilando cunas».
Mientras la ocupación sube, la plantilla no se ha incrementado, afirman desde el comité, por lo que hay «dos cuidadoras por turno, salvo en las noches, que hay tres». Sin embargo, las bajas «no se sustituyen», así que se llega al extremo, como ha ocurrido la semana pasada «de que una cuidadora tiene para ella sola siete bebés, a los que tiene que despertar, bañar, dar el desayuno, llevarles al aula que corresponda... como si una madre tuviera siete hijos pequeños sin ninguna ayuda. Aunque nosotras no somos sus madres».
«No tienen visitas»
Porque, ese es un aspecto que las trabajadoras del centro quieren resaltar, «ya que tenemos claro que nosotras no somos sus madres y nuestra función no es sustituirlas. Es más, el Principado no debería consentir que estos niños estuvieran tanto tiempo institucionalizado».
El comité critica a la Consejería de Bienestar Social «por su falta de acción, sin agilizar los trámites de adopción, como es su obligación». La plantilla afirma que, la mayoría de los bebés ingresados «no tienen ninguna visita ni, tampoco, familia conocida», por lo que «si la consejería no tardara 20 meses en dar el certificado de idoneidad, estos menores tendrían ya un hogar».
Esta desatención que, según los sindicatos, el Principado presta a la unidad hace que sean los propios trabajadores «los que pedimos que la niña que va a cumplir 4 años siga aquí, porque para ella somos sus únicos referentes». El comité llevará este asunto, así como la masificación del resto del centro, a la reunión que mantendrán hoy, tras dos encierros, con la directora de Mayores, Infancia y Familias, Eva Sánchez.
Podéis leerlo y releerlo, que la boca no se os cerrará del asombró. Claro, puedo escuchar que la ley es así, que los padres hasta que no renuncien tienen todo el derecho del mundo a recuperar a sus hijos, que lo primero son los padres biológicos, etc, etc.
Y claro, uno ya después de años y años de esperas, de papeleos y de milongas caribeñas, ya se cansa de estas cosas.
A mi me gusta explicar las cosas mediante ejemplos y voy a poner uno:
No diré nombres, pero os contaré una historia. Hay una niña con 2 años en una familia de acogida desde los 10 días. Su madre tiene muy pocos años (no os creeríais los pocos que tiene) y tiene ya 8 hijos, sin medios para mantenerlos... y sin ganas, puesto que apenas va las visitas concertadas. Pero que pasa, no ha firmado la ya famosa renuncia.
Como ya escribí en algunos post más abajo, en ciertos temas me he cansado de ser políticamente correcto y este es uno de ellos.
Tiene 8 hijos, creo que número más que suficiente para saber cuando parar el carro o cerrar el concesionario. Cuando después del 4 y contrastando que me los han quitado todos, lo que no puedo pretender es que el estado me los cuide hasta los 4 y después me los devuelva. ¿Para qué? ¿para tenerlos recogiendo cartón o basura?. Me resulta injusto que sabiendo la cantidad de familias que están dispuestas a adoptar, que sueñan con dar un hogar a un niño, la ley no se cambie por una simple palabra "reincidencia".
En estos casos esperar a que una madre renuncie a su hijo, es tan difícil como que deje de tenerlos, con lo cual mi opinión es darle a esos niños la verdadera oportunidad que se merecen. Pese a quien pese. No tener hijos hoy por hoy es lo más sencillo del mundo.
Suena desesperado e insocial, pero ¿no creemos que cuando alguien se dedica a tener hijos por el mundo sin desearlos es un reincidente? Creo que llega un momento en que cuando algo escapa a nuestro control otros tienen que controlarlo.
Y que no me venga nadie ahora diciéndome que todas las madres o familias del mundo tienen derecho a luchar pos sus hijos, no. En estos casos la verdadera lucha sería por dejar de tenerlos.
A veces me viene a la cabeza algo que leí en algún libro o periódico con respecto a este tema, rezaba parecido a esto: "Ojalá no se pudiera adoptar a ningún niño en el mundo debido a que todos estarán seguros y felices con sus familias"
Ojalá
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